esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza,
y en tu voz, sólo un pálido adios
y el reloj en tu puño marcó las tres.
el sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa
cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas
te hace bien, tanto como hace mal
te hace odiar, tanto como querer y más.
cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas
cambiaste de sexo y de Dios, de color y de fronteras
pero en sí, nada más cambiarás
y un sensual abandono vendrá y el fin.
Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas
y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera
bang, bang, bang, hojas muertas que caen
siempre igual, los que no pueden más
se van.
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